Somos el único centro de Galicia dedicado exclusivamente a oftalmología veterinaria
El cristalino es una lente que se encuentra en el interior del ojo.
La luz lo atraviesa, impactando en la retina, ubicada en el fondo del ojo, que es la que se encarga de enviar los impulsos nerviosos al cerebro para la visión.
Las opacidades que pueden afectar al cristalino se denominan Cataratas e impiden que la luz llegue correctamente a la retina, por lo cual el iris lo veremos normalmente mas midriático para intentar captar más luz.
Las cataratas se clasifican según el estadío y la zona del cristalino que se ve afectada. Generalmente de color blanco<.
Hay que diferenciarlas de pequeñas imperfecciones en animales jóvenes y esclerosis en animales seniles, de poca significancia.
Disminuyen la visión hasta impedirla cuando las cataratas están maduras. En ese momento sólo perciben la presencia de la luz, sin imágenes.
Pueden confundirnos, pareciendo ver algo, por el olfato, tacto, audición, y recuerdo.
Si no se operan pueden llegar a la hipermadurez, donde partículas muy pequeñas atraviesan las membranas del cristalino. El organismo no reconoce ese material como propio y lo ataca. Esa peligrosa inflamación se denomina uvetítis facolítica.
La mayor dimensión que adquiere el cristalino y las proteínas precipitadas pueden conducir a hipertensión ocular: glaucoma. Sufre dolor, aumento del tamaño del ojo hasta impedir que los párpados cierren.
Alteraciones metabólicas, por falta de ciertos nutrientes o acúmulo de catabólitos.
En caninos y equinos es frecuente la catarata de tipo hereditario. También por inflamaciones severas ó como consecuencia de golpes, úlceras o heridas perforantes, descargas eléctricas, ciertos tóxicos, diabetes.
Se revisarán cuidadosamente ambos ojos, poniendo en evidencia sus afecciones.
Los oftalmoscopios directos e indirectos permiten observar las distintas estructuras, clasificando la catarata, si está presente.
Si el cristalino aún conserva transparencia podrá visualizarse la retina, que puede estar simultáneamente alterada. Esta es la razón por la cual no se debe demorar el examen si se sospecha de cataratas.
Ante cristalinos opacos la retina sólo será evaluada por reflejos pupilares directos y cruzados, pudiendo indicarse electrorretinografía.
La ecografía puede evidenciar desprendimientos de retina, hemorragias y tumores, por detrás de un cristalino denso, está totalmente indicada.
Si por algún motivo le es imposible cuidar de su animal o este debe permanecer bajo supervisión una vez realizada la cirugía, podemos ofrecerle servicios de hospitalización.
El tratamiento médico es por el momento ineficaz.
Actualmente se indica hacerlo cuanto antes, aún con presencia de visión, ya que disminuyen las complicaciones. El estadio más idóneo para la cirugía es el de catarata inmadura.
Se utiliza la técnica más avanzada con Facoemulsificador. Mediante ondas ultrasónicas destruye y aspira la catarata, utilizando microscopio quirúrgico y delicado instrumental quirúrgico se realiza una diminuta incisión de 2,7mm. en la córnea.
Esta es la técnica más moderna para cataratas en el hombre, frecuentemente confundida con rayo láser, que sí es útil en otras patologías como miopía, astigmatismo, coagulación, etc.
Se introduce una lente intraocular plegable siempre que el propietario lo requiera, ya que de esta forma dejamos al animal lo más emétrope posible.
La pequeña incisión, así como una segunda que puede practicarse para introducir material accesorio, se suturan o no, con un punto.
No es necesaria la hospitalización. En caninos protegeremos la zona operada de frotamiento y rascado mediante un collar isabelino, pantalla plástica flexible en forma de embudo, fijada al cuello.
En equinos, máscaras protectoras. Será controlada la evolución mediante exámenes periódicos.
La acomodación no es similar a la humana, y son menores sus exigencias. Nos superan en oído y olfato.
Según estadísticas de diferentes autores se incrementó el éxito del 70% de los casos operados con técnica convencional, que exige una apertura mucho mayor, al 90% mediante facoemulsificación. Si pudiéramos operar siempre cataratas incipientes o inmaduras, incrementaríamos el éxito.
En los que padecen previamente afecciones importantes, como uvetítis, disminuyen estas cifras 20%, con respecto a las citadas.
Los provenientes de la anestesia general son muy bajos, disminuyendo si se realizan análisis y estudios cardiológicos.
Los ojos pueden sufrir inflamación, adherencias, elevación de la presión, opacidades de la córnea y de la membrana posterior, desprendimiento de retina y automutilaciones, en el 10 al 20% de los operados.
No estamos garantizando el éxito, sino brindando una alta probabilidad de recuperar visión.
Obviamente deberán estabilizarse en su glucemia, siendo conveniente la castración de las hembras.
Son poco frecuentes las lesiones retinianas por la diabetes (atrofia, hemorragias, desprendimientos), por lo que pueden intervenirse.
Tlf: 626065431
Mail: contacto@sovi.es